La necesidad de un modelo
por: César Castro Abad
Muchas
veces se pone énfasis a la necesidad de seguir ciertos patrones para la
realización de cierto fin, ya sean personales o empresariales. En el plano
personal, los agentes de socialización (primarios y secundarios), las
condiciones económicas e históricas, el nivel cultural de cada sujeto y su decisión personal lo direccionan
en el momento que se define y decide seguir un camino personal y colectivo.
De esta forma, un modelo se vuelve indispensable a la hora de la autorrealización
existencial. Primero quisiéramos aclarar la relación aparentemente
contradictoria entre condiciones socio-cultural-históricas y autorrealización.
Luego definiremos qué significa ser un modelo y por qué las personas las
siguen.
El sujeto al estar arrojado al mundo, es
decir, al existir, se encuentra limitado dentro de sus posibilidades
económicas, sociales e históricas (una mujer pobre en los años 20 del siglo
pasado no podría decidir crearse una cuenta en Instagram para subir fotos suyas
en bikini por ejemplo); sin embargo, dentro de estas limitaciones, el sujeto
tiene la capacidad de elegir y discernir entre lo que más le parezca: el ser
humano es libre dentro de sus posibilidades; el sujeto se encuentra en medio de
condicionantes, y se mueve dentro de ellas por libre elección. Siguiendo el
otro punto, la palabra modelo, según la RAE, tiene varias acepciones, una de
ellas denota todo aquello que se toma
como referencia para tratar de elaborar algo idéntico o similar; en este caso
el modelo es un arquetipo. El modelo también puede ser simbólico; algunas
personas son ejemplos a seguir por su moral o por la imagen que proyectan. Por
otro lado, este modelo no solo ofrece un arquetipo, también ofrece una
identidad y una realización. Por lo que tener a alguien como modelo genera diferenciación y a la vez
reconocimiento dentro de un sistema establecido. En otras palabras, un modelo
es alguien que proporciona cierto conocimiento que permite al sujeto diferenciarse y realizarse
dentro de un espacio determinado. Pero ¿la elección de seguir a un modelo es inconsciente
o
consciente? En la
naturaleza algunas especies de animales se agrupan en manadas para sobrevivir.
En nuestro proceso evolutivo no fuimos ajenos a esta forma de adaptación y nos
fuimos organizando y agrupándonos para conseguir alimentos y estabilidad. En
este proceso adquirimos capacidades para organizarnos y comunicarnos, formando
un lenguaje y una cultura. La figura del líder es esencial en esta
organización, pues es él quien dirige al grupo hacia la perduración. Por lo que
ser parte de un grupo y seguir a un líder ha sido base esencial de la
supervivencia: la necesidad de seguir un líder y de pertenecer a un grupo es un
aspecto inherente en la psicología de nuestra especie. Somos animales sociales;
vivir fuera de ella nos convertiría en bestias o dioses, como diría Aristóteles.
Ahora bien, si nosotros nos guiamos o tomamos referencia de un modelo no es solo
por la simple decisión personal, sino que esta elección obedece a un factor
adaptativo que permiten desarrollar un acoplamiento o superación de situaciones
específicas mucho más rápido y más eficiente. Este factor adaptativo está
dentro de un tiempo y espacio particular, es decir, que la elección se moverá dentro
de un límite de posibilidades que ofrece la cultura. Un caso en concreto sería
la de seguir a una figura pública, generador de contenido o influencer en todas
sus redes sociales. Esta persona ofrece
un conocimiento específico sobre cualquier tema en particular, como estilos de
vida; recomendaciones para maquillarse, para vestirse, para expresarse; recomendar
zonas de esparcimiento, comida, etc.; todo este saber práctico se encuentra
dentro del sistema al que pertenece. Si una persona ofrece recomendaciones para
maquillar, lo hará dentro de los prototipos de belleza que se maneja en esa
sociedad; si una persona recomienda un estilo de vida lo hará dentro de las
ofertas que ofrece el sistema. Este conocimiento recepcionado permite la inserción del sujeto dentro de grupos
particulares permitidos por el sistema; permite formar una imagen que nos
defina y en cierta forma, diferencie; permite, sobre todo, que nos desarrollemos
en nuestro entorno. Por esta razón, toda persona que ofrece un conocimiento práctico que permite la inserción, adaptación o superación de
situaciones en una sociedad se convierte
en un modelo.
En
conclusión, la necesidad de un modelo obedece a un factor adaptativo, este se
mueve en base a las demandas culturales de cierta sociedad y tiempo. La elección
de este modelo no es una elección totalmente deliberada, sino que se sitúa
dentro de limitaciones y posibilidades que ofrece el tiempo y el espacio, es
decir, una cultura específica.
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