El sobreanálisis y la falacia de la interpretación personal- Letra de canciones





Por César Castro Abad
Para Frank Huamaní Paliza




Se la defiende casi con exageradas y dementes expresiones, se la ha alzado como una de las muchas victorias de la democracia y su cuestionamiento es casi diabólico y fascista: “¡cada uno lo interpretada como  quiere, el arte es subjetivo!” y bla  bla  bla de  parloteo  filosófico pop. Esta posición no solo ha empobrecido la cuestión, también ha construido su lápida con la inscripción “donde ganó la estupidez  y murió la razón”: ¿es el arte subjetivo? Abordar este estudio no solo implica trazar los límites del arte de otras actividades humanas, implica también  tiempo y por lo tanto dinero, compromiso y por qué no, un poco de locura. Pero pero pero, como no estoy aunque sea un poco orate y casi siempre tengo hambre, dejaremos esta cuestión para otro año; hoy  meteré mis palos al tema que está en el título porque no es clickbait, empezar una tarea olvidada por los estetas, literatos y uno que otro pseudointelectual pretencioso, e incomodar a los fanáticos religiosos de la nueva esperanza, pues toda idea argumentada es incómoda. No pretendo sentenciar aquí y ahora la problemática, mi intención es reanimar e incentivar el debate que es la máxima de todo estudio, un debate donde se escuchen perspectivas bien sudadas y no balbuceos de ineptos posmodernistas los nuevos pensadores; en este sentido me declaro antidemocrático: si quieres hablar, infórmate primero.

Qué tanto se puede decir de una obra de arte. Sea lo que sea que consideres arte, este te conmueve, te emociona, te estremece, te asusta, te hace cuestionar, reflexionar, te da una visión de la realidad, la imita, la transfigura y se le atribuye otras cualidades  tomando en cuenta su conceptualización o visión. Y sea cual sea la cualidad atribuida, dependerá tanto de la intención del artista como del objeto estético artificial (el dilema sobre la separación de la obra de arte del artista; tomo una postura conciliadora, las dos se puede abordar sin ser excluyente una del otro). Por lo que la interpretación va en dos líneas:
  •       La del autor
  •     ¿ La de la misma obra
 Este esquema no es aplicable a todas las artes, al menos no de manera total, pues estas son muy distintas entre sí (cientos de clasificaciones que se han realizado y nunca ha existido una que sea clara y precisa o por lo menos, duradera), imaginemos por ejemplo en las similitudes entre el teatro y  la música. En cuanto a esta última, sin embargo, existe un componente en ella que sí resiste a este esquema, hablamos de la parte literaria de una canción, la letra.

Las intenciones del artista

Caminando por los lares construidos por el autor, la interpretación de la letra se limitará por:
1.1   Las intenciones que los artistas posean
Estos determinaran su función y relevancia (hay canciones que no poseen una narrativa literaria como por ejemplo “Las aventuras del ratón” de Nicolás y los Fumadores). Esta relevancia y función, en muchas ocasiones, se adscribe a  cierto género y movimiento artísticos; todos ellos no tienen los mismos objetivos y cada quien la utiliza con un propósito específico. En la música urbana por ejemplo (término impreciso vale decir), y para ser más específico, en el reguetón, trap y sus variantes, se puede registrar tres funciones claras: identificación, despertar emociones (empilarte cuando estas sin ánimos y aburrido o,  entristecerte) y entretener en reus, fiestas y discotecas. Muchas personas  nostálgico-rokeroTóxicos o de gustos “grandilocuentes”, en general, gente altanera, le reclama a estos géneros profundidad y no sé qué más vaina filosófica, social y comprometida con la causa de me llega al pincho, como si fuera esa la razón de su grandeza o éxito (no es que sea el arte algo subjetivo o relativo, sino que existen muchos valores estéticos igual de verdaderos, “pluralismo estético”). Una letra y un sonido que están hechos para ser bailables, agradables y pegadizos no soportarían un análisis filosófico. En otras ocasiones los artistas no sigan la misma tendencia dentro del mismo género, está por ejemplo  Calle 13 con su “Tango del pecado”, Nathy Peluso  y su “alabame” o Rosalía con su álbum “el mal querer”. El análisis del papel de las letras en las canciones merece un estudio aparte. Ahora, esta intencionalidad nos permite observar dos cosillas:
1.1.1.   Los recursos que los artistas se valen para transmitir mensajes, sentimientos, emociones o sensaciones (estilo artístico)
1.1.2.  y su calidad como artistas (hay que admitir que existen artistas mediocres).

Para la primera, se pueden basar en la vida y obra de un artista (“Artaud” de Spinetta), de solo su obra (“corazón delator” de Soda Stereo), hechos históricos (“las torres” de los nosequien y los nosecuantos), experiencias personales (“amor eterno” de Juan Gabriel), o pueden inventarse una situación (“Bellyache” de Billie Eilish), inventar personajes, paisajes, mundos; experimentar con el lenguaje como pronunciando solo las primeras letras de una palabra, usando dialectos de distintos países , cultismos, neologismos, tecnicismos, arcaísmos, vulgarismos, etc.; los recursos son casi inagotables. Para la segunda, la calidad de la letra para trasmitir o comunicar un mensaje, sentimientos, emociones o sensaciones, son frutos de un TRABAJO ARDUO y bien luchado o como también del talento innato; la forma de cómo trasmitirla está regido por las normas generales que existen dentro de un género, como también de la transgresión a la misma (libertad creadora) esto nos lleva a identificar fácilmente a un buen rapero de uno malo ; aclararé que  no tiene nada que ver con las letras sin sentido que de hecho son ese estilo de cierto artista, o de las ambigüedades que  de hecho la hacen más inacabables  como “bohemian rhapsody” de Queen (existen varias páginas y videos en internet interpretándola, para qué molestarme en hacer una) tiene que ver con términos y conceptos que son distintos a lo que él en verdad quería llegar (pretendía decir A pero salió diciendo B, haciendo de la letra difusa y sin sentido de algo que sí quería tener sentido-las letras mal compuestas). Aunque hay que reconocer que en ocasiones el artista compone una letra a la ligera y sin ningún propósito como base, sin embargo, el resultado sale distinto  a lo imaginado («yo no trataba decir eso, solo quería escribir y ya»). Eso es una casualidad, no es otra cosa, es, ese algo producto del azar que funciona.
Vemos entonces, cómo la función, el estilo, sus referencias y la composición  de una letra que le dan los artistas limitan su interpretación; por lo que si interpretamos la letra de la canción “Take on me” de Aha, no podemos terminar deduciendo una crítica sutil al socialismo Ruso del siglo pasado, o si interpretamos “ojos negros” de Ricardo Montaner deduzcamos una apología al terrorismo (como mi profe de apreciación al cine afirmando que el “mensaje” escondido de Toy Story es que todos somos juguetes). Cuando hay una intención, existen una o varias bases que sostienen la o las ideas del artista, se pueden desprender  ideas secundarias o “mensajes ocultos”, pero están sobre la o las bases de la o las ideas principales, y esta le da coherencia o consistencia (si la letra se ha compuesto en bases a ideas filosóficas, esta podrá fácilmente resistir a una interpretación con una perspectiva filosófica valga la redundancia). Cuando descubrimos esto en una canción se deduce dos puntos:  
1.1.2.1.       Desde qué punto de vista partió el compositor (cuál era su objetivo y por lo tanto, reconocer que se cumplieron sus intenciones- por eso elegí el término intención y no propósito)
1.1.2.2.      y  su capacidad para trasmitir algo, separando de esta forma a los buenos compositores de los que solo escriben sin ningún sentido (como dije anteriormente, este puede ser el estilo del artista y es completamente valido; las letras absurdas, de hecho, se prestan para interpretaciones muy subjetivas, pero no siempre se cumple, pues la misma letra no te lo permite).
Asimismo, si interpretamos una letra amorosa y notamos en ella cierto machismo, puede que esta sea parte del mensaje como también un reflejo del artista y de su época; mensaje y reflejo son distintos entre sí. Esto nos lleva a observar en la letra cosas que ya no depende estrictamente del artista, sino de algo mucho más grande.

La obra libre del artista

Interpretar la letra más allá de la mirada del artista, implica ver a la obra como:
2.1.         Producto de una contexto determinado (arte como producto social- histórico)  
2.2.         Y como una obra autocontenido y autoreferencial (obra universal).

La primera pertenece a las perspectivas sociológicas e históricas que se le dan a una obra, en este caso, a la letra (las condiciones sociales, históricas económicas y políticas influyen en la manera de cómo hacer arte). Son en estas palabras que se escuchan entre líneas la concepción de la vida, la maternidad, la mujer, el molestar de toda una sociedad de cierta época. En los años 80 en el Perú, la violencia política aumentó a un punto desastroso y la inoperancia del Estado se hacía notar sin lugar a duda, por lo que muchos grupos subterráneos de rock protestaban ante tal situación con sus  sonidos casi exasperantes y sus letras acusativas y violentas (aparte de una intención, es decir, que la idea parta de una idea personal, también existe un reflejo de la desconformidad de esos años). Otro ejemplo sería también las sátiras costumbristas peruanas que reflejaban el racismo hacia los indígenas de esa época. Este análisis me puede llevar a una conclusión o varias pero no a infinitas, pues está limitado por el mismo contexto (yo no puedo analizar “políticamente”, ¿existe eso?,  La paga de Juanes si es que la letra o el contexto donde fue creada no me lo permiten, y no profe, en la película Armagedón no hay un “mensaje” del patriarcado capitalista, fue una película hecha para hacer dinero, ¡no existe un mensaje!, existe un reflejo que es distinto). Por otro lado, en una letra de un tiempo y lugar determinado, se puede analizar, la lengua, los dialectos, los códigos y símbolos característicos de una cultura de un tiempo específico.
En cuanto a la obra autocontenido y autoreferencial, es de un carácter totalmente independiente, ya que este no necesita ni del artista ni del contexto ni de la lengua o de la cultura, la obra universal habla por sí misma (el ideal de todo poeta- T. S. Eliot). En el caso de la letra, sin embargo, se necesita solo del conocimiento de la lengua, pues estas  trascienden las barreras de la cultura y el tiempo, y  evocan sentimientos universales como el amor, el miedo, la tristeza, apartándose  de los temas particulares como estar en un bus o caminar por las calles de lima de la década 50 del siglo pasado (la lima que retrató Chabuca ya no es la misma, las ciudades siempre cambian; aunque uno se puede identificar con el amor del sujeto hacia su patria o ciudad natal, esto dependerá de la letra, por ende, está limitada)

Conclusiones

Se puede interpretar una letra desde diferentes perspectivas como hemos podido notar, pero la interpretación será válida siempre y cuando esta se encuentre en la misma obra, se pueda relacionar o extrapolar sin llegar a SOBREANALIZAR a la misma, es decir, irte en floro, o como diría mi abuelo, hablar huevadas (ver cosas donde no hay nada- analizar filosóficamente “Calladita” de Bad Bunney). Tomando en cuenta todos los puntos sería muy difícil reconocer una buena letra, puesto que hay que tomar muchos puntos en consideración, pero no es imposible. Existen esos límites, están ahí, solo necesitan de un receptor activo.
Entonces, decir que “tú puedes interpretarlo como tú quieres, el arte es subjetivo” es una exageración de un postura infundada. Una interpretación tendrá muchas limitaciones y esta no dependerá del receptor o intérprete, por lo que no puedes interpretarla “como tú quieres”; aferrarse a esa postura es propia de solipsistas egocéntricos, fanáticos religiosos y pretenciosos “demócratas”. En el prólogo de la primera edición de la obra de Borges, Historia Universal de la infamia, 1935, comenta que «los buenos lectores son cisnes aun más tenebrosos y singulares que los buenos autores».   El lector decodifica, CREA, asocia. Uno puede ser lo más creativo posible e interpretar cosas que ni el autor se imaginaba, hasta inventar una perspectiva o un nuevo sentido, pero esta interpretación solo será válida dentro de las limitaciones, en todo caso, se estaría forzando a la obra, o creando una nueva,  distinta a la original (la nueva obra nació de una interpretación, la obra interpretada se convirtió entonces en una referencia, que son, básicamente, la base de todo arte).

                                                                                                           05/01/20







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